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Por: Alejandro Meza
Los trabajadores universitarios hemos reiterado que existen avances importantes en la revisión contractual y en la reparación de violaciones al Contrato Colectivo de Trabajo; sin embargo, también hemos sido enfáticos al afirmar que aún quedan muchos pendientes por resolver para poder conjurar una huelga.
La fecha fatídica para el estallamiento se cumple el próximo 18 de junio y al parecer, las autoridades continúan desestimando el tiempo restante, retrasando las reuniones plenarias con el sindicato, supuestamente para traer mejores ofrecimientos a los sindicalistas.
Es cierto que se ha solventado el proceso de licitación de nuestras despensas y con ello, la programación para la entrega de las mismas, noticia que recibimos con júbilo, pero que no aplaudimos, porque se trata de un derecho de los trabajadores y una obligación del patrón, contenida en la cláusula 50, inciso H del contrato señalado.
La dotación de las despensas en especie es un avance significativo, pero no debemos olvidar que existe un retraso enorme en el cumplimiento de este derecho, generado por la mala planeación de las autoridades en el tema de las licitaciones, mismas que debieron realizarse con mucha más antelación, con la finalidad de no lesionar la economía de los trabajadores.
Sabemos que existen numerosos pendientes heredados de la pasada administración, pero en el tema de las despensas no existen excusas que eximan al rectorado actual, porque se trata de un año fiscal iniciado por Raúl Cárdenas y su equipo de funcionarios.
Celebramos la actitud del actual rectorado, el cual ha sabido conducir en excelentes términos las relaciones sindicato patronal, permitiendo un ambiente de cordialidad y de respeto en la negociación; no obstante, debemos señalar que aún existen inercias y actos dilatorios que generan tramitologías innecesarias en algunos derechos tácitos de los sindicalizados.
Estamos en el mejor ánimo para avanzar en esta revisión, pero no estamos dispuestos a negociar lo que por derecho nos corresponde. Los derechos adquiridos no son objeto de negociación, sino de cabal cumplimiento. La huelga es un instrumento de equilibrio de los trabajadores y estamos dispuestos a estallar si persisten violaciones en nuestro Contrato Colectivo de Trabajo.
Hemos sido solidarios con nuestra querida Universidad, pero no podemos continuar como mártires de una causa donde no existe la reciprocidad y se confunde el concepto de gestión, con la restricción de los derechos laborales.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VIVA ETERNAMENTE EL SUEUM!