Por: Alejandro Meza
Las recientes declaraciones vertidas por Raúl Cárdenas Navarro, muestran la verdadera cara de un rector acorralado por la ignorancia y la demente actitud de un verdugo, que sin remordimiento alguno, busca decapitar a los trabajadores, obligado por la federación y el gobierno del estado, afirmando que no existe retención salarial a los empleados universitarios, cuando en realidad, los miembros del SUEUM, no han recibido un solo centavo de su trabajo devengado, desde noviembre hasta la fecha, incluyendo la falta de aguinaldo.
Para ilustración de Raúl Cárdenas, debemos citar la Ley Federal del Trabajo, que dice en el Artículo 99 que “El derecho a percibir el salario es irrenunciable. Lo es igualmente el derecho a percibir los salarios devengados.” También establece en el Artículo 106 que “La obligación del patrón de pagar el salario no se suspende”. ¿A qué ley se apega entonces el rector, cuando asegura que no existe retención salarial, si no ha cumplido con su obligación hasta este momento?
Raúl Cárdenas y Rodrigo Gómez Monje aseguran que los 275 millones de pesos, provenientes de la federación, sirvieron para pagar parcialmente a quienes aceptaron el convenio de reforma a las jubilaciones y aseguran estar a la espera de otra suma igual, pero esta será reintegrada en caso de que los sueumistas no firmen un pacto que mutilaría el Contrato Colectivo de Trabajo y el futuro de miles de familias. Aún no tienen el recurso y ya amenazan con regresarlo a la federación.
Tal parece que el rector aprendió a pasos acelerados el estilo mentiroso de Medardo Serna, y la maraña de declaraciones falaces lo ha ido atrapando en un callejón sin salida, por su apego incondicional a Silvano Aureoles, pero sobre todo, por su falta de temple para defender con rigor la autonomía universitaria, porque acepta la sumisión al convenio con la federación, antes que el cumplimiento cabal al artículo 8º.de la Ley Orgánica Universitaria, a la que juró cumplir y hacer cumplir.
Por si esto fuera poco, Raúl Cárdenas Navarro, conjuntamente con sus secuaces, se han dedicado a promover la división en las filas del SUEUM, vociferando que “la posición de este sindicato no procura el bienestar de la Universidad, ni cuida a sus agremiados”. Debemos recordarle al representante legal de la universidad que todo organismo sindical goza de autonomía y que el patrón no debe incidir en su vida interna con amenazas que nada abonan al conflicto político y legal en el que se encuentra inmersa la institución por la retención criminal de los salarios.
El rector tiene que aprender que es su obligación como patrón, cubrir hasta el último centavo de los adeudos que tiene con la plantilla laboral; que la retención salarial que está ejecutando lo ha convertido en delincuente y muy pronto tendrá que rendir cuentas a la justicia. Sus asesores lo han conducido a una encrucijada de la que no saldrá ileso; toda causa tiene consecuencia y Raúl Cárdenas ha optado por el deleite de las frivolidades del poder a cambio de enlodar una reputación que simuló ser un destello de esperanza.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VIVA ETERNAMENTE EL SUEUM!