Por: Alejandro Meza.
Cuando aludimos el concepto de la 4ª. Transformación en el país, nos sentimos orgullosos de haber logrado un cambio verdadero; sin embargo, cuando los mexicanos decidimos la intención de nuestro voto, lo hicimos con el convencimiento pleno de una mejoría sustancial para todos, sobre todo, porque los compromisos del presidente Obrador, comprendían el rescate financiero de las universidades públicas y el respeto a los Contratos Colectivos de Trabajo.
Contrario a la palabra del presidente, Luciano Concheiro, desde la Subsecretaría de Educación Superior, amaga a la Universidad Michoacana, con un convenio ridículo, más cercano al viejo régimen, que a la filosofía del gobierno actual, pretendiendo mutilar las jubilaciones de los trabajadores administrativos y académicos, en un acto violatorio de la Ley Orgánica Universitaria y de los Contratos Colectivos de Trabajo.
Se ha comprobado que las jubilaciones de los trabajadores no son la causa del quebranto financiero y pese a todo, Concheiro no quita el dedo del renglón cuando afirma que si no hay una reforma consensuada, la Universidad Michoacana no podrá acceder a concursar en bolsas extraordinarias de recursos que permitan terminar el año.
Es evidente la corta visión del funcionario federal que no admite que el convenio firmado el 21 de diciembre de 2018, está plagado de irregularidades y que su contenido en sí, contradice radicalmente el discurso presidencial, pero sobre todo, el proyecto de nación planteado por López Obrador, que dota a todos los adultos mayores de pensiones, mientras sus subalternos buscan quitarles las propias a los universitarios.
Luciano Concheiro debe de dejar de incidir en la vida interna de las universidades públicas y respetar la autonomía. Los universitarios tenemos la capacidad para resolver nuestros propios problemas y nuestras conquistas históricas no pueden ser una moneda de cambio para que el gobierno otorgue el presupuesto necesario para mantener abiertas las casas de estudio.
El Subsecretario de Educación Superior tiene que entender que la Universidad Michoacana y los sectores que la conforman, no están ejerciendo ningún acto de mendicidad, solamente se está reclamando un presupuesto suficiente y oportuno para cumplir con las funciones sustantivas. Los compromisos contractuales con los trabajadores se tienen que cumplir cabalmente, independientemente de cualquier convenio.

 

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VIVA ETERNAMENTE EL SUEUM!