Por: Alejandro Meza
Los derechos adquiridos por miles de trabajadores no pueden suprimirse por convenios bilaterales, firmados al margen de los afectados y bajo medidas que violentan la autonomía universitaria y la dignidad de una institución histórica. Luciano Concheiro, parece ignorar que Obrador pretende erradicar el viejo sistema neoliberal de México y que la presión que ejerce en contra de la Universidad Michoacana, constituye un acto de traición, contraria a los discursos presidenciales y a los programas de bienestar social impulsados por la federación, que buscan la protección de los adultos mayores.
El sistema jubilatorio de los trabajadores universitarios, más allá de la pretendida extinción, debería tomarse como modelo para garantizar una vejez tranquila de los mexicanos; sin embargo, se insiste bajo chantaje, en la consumación de una fechoría, fundada en la firma de un convenio criminal, acatado por Medardo Serna, el cobarde ex rector que intentó privatizar la Casa de Hidalgo y que hoy debería investigarse a fondo por las instancias pertinentes, para dar cuenta por el bochornoso quebranto financiero que enfrenta la institución educativa.
Vemos con desencanto, que el trabajo del presidente Andrés Manuel es incansable, pero algunos de sus colaboradores más próximos no caminan al mismo ritmo del mandatario y contradicen los discursos oficiales con sus actos, más cercanos a Peña Nieto que a su jefe.
Luciano Concheiro parece haber olvidado su origen revolucionario, cuando participó en diversas tomas de tierra y luchas agrarias en los años 70. Hoy, desde el estatus de confort que le brinda la llegada de la democracia a nuestro país, se vuelca iracundo contra los trabajadores universitarios, en la búsqueda afanosa de coartar un derecho. Concheiro asegura que “para cumplir con la meta de gratuidad universal a finales de sexenio, es necesario ajustar el presupuesto para las universidades públicas”.
El presupuesto asignado a la Universidad Michoacana es deficitario y urge un incremento sustancial, pero este recurso no debe venir del sacrificio de los trabajadores, mediante presiones y chantajes que buscan reformar el actual régimen de jubilaciones y pensiones.
Concheiro, como Subsecretario de Educación Superior, pretende obligar a la Universidad Michoacana a cumplir con un convenio leonino, a cambio de acceder a recursos para terminar el último trimestre del año; mientras habla de gratuidad educativa, sin mencionar que la responsabilidad corresponde al estado y no puede facturarse con cargo a los trabajadores, lesionando la Ley Orgánica Universitaria y el Contrato Colectivo de Trabajo.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VIVA ETERNAMENTE EL SUEUM!