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SUEUM

MANIFIESTO

 16 de junio de 2017

A todos los afiliados al SUEUM
A la Comunidad Universitaria
Al Pueblo en General


Con una serie de incongruencias, este 16 de junio entra en vigor el nuevo organigrama en la Universidad Michoacana, mismo que fue aprobado sin un análisis de parte del Consejo Universitario y sobre todo, sin el consenso de la comunidad. El discurso del rector menciona ahorros sustanciales al presupuesto, pese a que fueron anunciadas varias direcciones y jefaturas de nueva creación que engrosaran el gasto del recurso universitario.
La Comisión de Rectoría, que por sentido común atenta contra la democracia institucional; en el nuevo modelo administrativo, podrá recibir además una remuneración económica, argumentando que estos además fungen como asesores del propio Consejo Universitario, empoderando más a una élite que ha gobernado los destinos de la institución por mucho tiempo y que se ha servido lesivamente del tráfico de influencias y del presupuesto.
La Reforma Administrativa consiste en favorecer y legitimar a la aristocracia nicolaita con argumentos legaloides que justifican la instauración de más de 500 empleados de confianza, contratados de manera irregular y con salarios excesivos. Con la nueva creación de direcciones y jefaturas, la Universidad abre los espacios necesarios para el acomodo de estos trabajadores que realizan funciones administrativas, desplazando arbitrariamente las funciones de los empleados sindicalizados.
Salvador García Espinoza es el operador sistemático de un complot en contra del rector, quien se ha vuelto presa fácil de las trampas del Secretario General, que desde el inicio del rectorado ha dado muestras evidentes de deslealtad, insubordinación e indisciplina con la intención de debilitar la investidura de su jefe como parte de sus aspiraciones demenciales. Con este nuevo organigrama, el poder totalitario de Salvador García tendrá los amarres necesarios para mermar aún más la figura cooptada del rector, minimizándola ante una Comisión de Rectoría y un Consejo Universitario a modo que le permitirán un control absoluto de las decisiones institucionales.
La reingeniería consumada es además un instrumento para el pago de facturas políticas del Secretario General, quién designó al exdirector de la Facultad de Derecho como nuevo Director de Control Escolar, como remuneración por el papel inquisitorio realizado en contra de los estudiantes valientes que se opusieron a la intromisión del CENEVAL, como filtro para reducir la matrícula estudiantil. Damián Arévalo, en calidad de presidente del Tribunal Universitario se erigió verdugo de los jóvenes paristas moradores de las Casas del Estudiantes, de las cuales egresó el propio ejecutor, otrora progresista y hoy premiado para llevar las riendas de Control Escolar. 
 Se sigue hablando de transparencia y rendición de cuentas, pero las finanzas universitarias siguen sin cuadrar; no existe una renovación moral y financiera que dé certeza del destino del recurso. Se habla de probidad y honradez; pero se han creado nuevas dependencias, como el Departamento de Auditorios, Teatros e Infraestructura Deportiva, cuya titularidad recae en Sandra Ayala Gómez, amiga del contralor; pero inhabilitada para ejercer la función pública por 6 años. ¿Dónde queda entonces la integridad de los funcionarios, que tanto presumen en los medios?
Los reacomodos institucionales establecidos a partir de la Reforma Administrativa se realizaron sin análisis, sin debate ni consenso y los resultados inmediatos traerán inconsistencias, mayor gasto, duplicidad de funciones, cero democracia y sobre todo más opacidad financiera y una nómina más robusta de funcionarios y trabajadores de confianza que sentarán las bases del neofascismo al que pretenden llevar a nuestra querida Universidad.


COMBATIVAMENTE
SINDICATO ÚNICO DE EMPLEADOS DE LA UNIVERSIDAD MICHOACANA