No es el origen ni el nombramiento lo que conforma a un líder, sino las decisiones que toma en beneficio de su gente. El líder siempre es dirigente, aunque no todo dirigente llega a convertirse en líder, porque el líder emana de una elección mayoritaria, mientras que el dirigente es producto de la designación de unos cuantos.
En el SUEUM somos afortunados porque contamos con la permanencia de un líder consolidado, mientras que en la Universidad Michoacana padecemos la imposición de una dirigencia rectoral que carece de las características fundamentales de liderato, complicando con ello el adecuado funcionamiento de la Máxima Casa de Estudios. Nuestro líder es un hombre digno y valiente que sabe responder enérgicamente a las autoridades universitarias, en el tono adecuado de las circunstancias y eso cala profundamente a un rector acostumbrado a golpear a los trabajadores en la impunidad y la cerrazón.
El abandono de la mesa de trabajo, por parte del rector y sus funcionarios es una medida infantil que denota la falta de argumentos de la autoridad ante cuestionamientos de transparencia irrefutables; colocando con ello a la institución en un conflicto complicado, al pretender llevar la negociación del emplazamiento por la vía de la documentación escrita, orillando al sindicato a asumir medidas radicales para hacer valer el derecho de los trabajadores.
Gracias a la buena voluntad del SUEUM, el estallido de huelga fue prorrogado para el próximo 4 de octubre, un tiempo valioso y suficiente para que el rector reconsidere su actitud, quien retomará nuevamente las mesas de diálogo, tras la oportuna intervención de Adrián López Solís, Secretario de Gobierno, que se mantiene al tanto de la problemática referente a las despensas, cuyo monto corre a cargo del Gobierno del Estado.
Nuestro derecho no es objeto de negociación, no estamos pidiendo un centavo más de lo que nos pertenece y estamos dispuestos a defender nuestras conquistas hasta las últimas consecuencias, porque tenemos la razón de nuestro lado y la dignidad de los sindicalistas es inquebrantable.
Tenemos un dirigente que es un líder y todo el sindicato lo respalda. La rectoría tiene un dirigente que carece de liderato y camina solo entre todos, porque sus decisiones y su falta de oficio político lo han conducido por caminos escabrosos. Asesorado por sus enemigos, Medardo Serna es víctima frecuente de la contradicción. ¿Cuál será la actitud, ahora que ha decido volver a platicar?
¡Hasta la Victoria Siempre! ¡Universidad o Muerte!