SUEUM
C O M U N I C A D O
20 de octubre de 2017
A Todos los Agremiados al SUEUM
A la Comunidad Universitaria
A la Opinión Pública
Los abusos cometidos por la rectoría universitaria son un factor que se reproduce en todas las dependencias institucionales, como resultado del servilismo de la gran mayoría de directores, que al asumir el cargo, olvidan las buenas intenciones proselitistas para convertirse en comparsas y lacayos del rector, a fin de mantener un poder relativo a costa de su propia integridad.
El modelo represor de Medardo Serna, se ha instaurado rápidamente en la Facultad de Letras, donde Antonio Fraga, el reciente director, parece haber aprendido que la forma más directa para elevar su estatus político, es violentando el Contrato Colectivo de Trabajo del SUEUM, sin considerar que el voto del sector de empleados sindicalizados le favoreció en su totalidad.
El hermetismo y la opacidad en la dirección de la Facultad de Letras ha propiciado la inconformidad de los trabajadores que ven atropellados sus derechos laborales, ante las medidas unilaterales, con la llegada de personal comisionado al margen del sindicato, como señala el Contrato Colectivo de Trabajo, violentando con ello el derecho de los trabajadores adscritos a la dependencia.
Existen planes y proyectos en la facultad, con supuestos beneficios para la comunidad, pero causa sospecha, la reserva misteriosa con la que se ejecutan los procesos de remodelación de un área, destinada como estacionamiento y que ahora se convertirá en plazoleta cultural o recreativa, para estimular el ego de una profesora dedicada a la promoción cultural y a la adulación de sus superiores. Es positivo construir nuevos espacios de esparcimiento cuando no existen otras prioridades mayúsculas como el segundo patio del edificio de la facultad de letras, que desde hace meses se encuentra apuntalado con vigas de madera, debido a que se está desmoronando a pedazos y que se está dejando al margen de la obra, porque es más importante habilitar nuevas aulas de clase para que el rector pueda inaugurarles en el aniversario de la facultad.
Es lamentable que la intolerancia y el despotismo se conviertan en los factores primordiales en la agenda de la dirección de Letras, que más allá de establecer una línea de trabajo independiente y progresista, asuman como propia la política perversa del rector. Olvidando que los empleados administrativos y manuales conforman una parte fundamental para hacer posible la operatividad de la institución.
La toma de las instalaciones de la Facultad de Letras es la respuesta justa a las medidas arbitrarias de las autoridades, que sistemáticamente han venido reprimiendo a los trabajadores. Ni el rector, ni los directivos son dueños de la Universidad Michoacana y no pueden ejercer la autoridad con ocurrencias, porque existen disposiciones legales que rigen la relación laboral entre el patrón y sus empleados. Quien transgrede estos lineamientos es porque el entendimiento o la ignorancia le impiden entender la obligatoriedad de cumplir un Contrato Colectivo de Trabajo, signado por la autoridad universitaria, el SUEUM y registrado ante las instancias legales pertinentes.
¡UNIVERSIDAD O MUERTE!
SINDICATO ÚNICO DE EMPLEADOS DE LA UNIVERSIDAD MICHOACANA